Arqueocine

Arqueocine puede ser una bella palabra que encierra un concepto técnico, o, simplemente un contacto con el cine primero, o, una mirada al comienzo de la cinematografía, con la pretensión de entender ese lenguaje total que se encuentra presente de manera inequívoca en un buen film.Hacer arqueocine es ver y estudiar cine arcano en su contexto y su relación con el cine de hoy.



Hacer arqueocine es también, disfrutar del goce estético de aquellos films con los cuales se inicia la cinematografía como arte.



Hacer arqueocine con un cierto rigor debe implicar, posiblemente, un método y una unidad de análisis sobre la cual aplicar ese método. Sobre esa unidad de análisis, pareciera, no haber problema: ella está en el film. Con respecto al método, otro es el problema, ya que necesariamente debemos emitir un juicio estético y a la vez, un juicio técnico, pero también, todos sabemos apreciar en un film tonos éticos, tintes políticos y climas humanos que moldean todos ellos, eso que llamo la voz, o, algo que contar cinematográficamente.



Y, si le hacemos la pregunta a un antropólogo como Levy Strauss: ¿Qué es el arqueocine? El contestaría serenamente… es la semiología del cine arcano.

domingo, 2 de mayo de 2010

Los hermanos Marx.


Los hermanos Marx.

El primer film de los hermanos Marx que aquí conocimos: Animal Crackers, me pareció, y todo el mundo lo consideró así, algo extraordinario: la liberación por la pantalla de una magia particular que las relaciones habituales entre palabras e imágenes no revelan comúnmente, y si hay un estado característico, un definido grado poético del espíritu que puede llamarse surrealismo, Animal Crackers participa plenamente de él.

Es difícil decir en qué consiste esta suerte de magia; es en todo caso algo no específicamente cinematográfico quizá, pero que tampoco pertenece al teatro; y solo algunos poemas surrealistas logrados, si los hay, podrían servirnos de términos de comparación. La calidad poética de un film como Animal Crackers respondería a la definición del humor, si esta palabra no hubiera perdido su sentido de liberación esencial, de destrucción de toda realidad en el espíritu.

Para comprender la originalidad poderosa, total, definitiva, absoluta (no exagero, trato simplemente de definir, y tanto peor, si el entusiasmo me arrastra) de un film como Animal Crackers y por momentos (al menos en su parte final) , como Monkey Business, habría que añadir al humor la noción de algo inquietante y trágico, de una fatalidad (ni feliz ni desdichada pero de difícil formulación) que se deslizaría a sus espaldas como la forma de una enfermedad atroz sobre un perfil de absoluta belleza.


Antonin Artaud.

Arqueocine

Arqueocine puede ser una bella palabra que encierra un concepto técnico, o, simplemente un contacto con el cine primero, o, una mirada al comienzo de la cinematografía, con la pretensión de entender ese lenguaje total que se encuentra presente de manera inequívoca en un buen film.


Hacer arqueocine es ver y estudiar cine arcano en su contexto y su relación con el cine de hoy.

Hacer arqueocine es también, disfrutar del goce estético de aquellos films con los cuales se inicia la cinematografía como arte.


Hacer arqueocine con un cierto rigor debe implicar, posiblemente, un método y una unidad de análisis sobre la cual aplicar ese método. Sobre esa unidad de análisis, pareciera, no haber problema: ella está en el film. Con respecto al método, otro es el problema, ya que necesariamente debemos emitir un juicio estético y a la vez, un juicio técnico, pero también, todos sabemos apreciar en un film tonos éticos, tintes políticos y climas humanos que moldean todos ellos, eso que llamo la voz, o, algo que contar cinematográficamente. Y, si le hacemos la pregunta a un antropólogo como Levy Strauss: ¿Qué es el arqueocine? El contestaría serenamente… es la semiología del cine arcano.